Esta pregunta se contextualiza en una situación sensible, que involucra a padres separados, y que son progenitores/responsables de niños que aún son bastante jóvenes y tienen un grado de dependencia con la madre bastante marcado.
La lactancia es el primer gran factor vinculante y condicionante para que el bebé no pueda durar más de unas pocas horas fuera del alcance de la madre. A esto se le podría sumar, en menor o mayor medida, los cuidados propios de la edad.
Sólo conforme pasa el tiempo, el niño o niña podrá tener la suficiente autonomía como para pasar una noche con su padre. ¿Pero cuando es este momento?
La verdad es que la ley no tiene señalamientos específicos que indiquen la edad para comenzar con la vinculación directa entre padre e hijo, más allá recomendar el estudio directo del caso.
Antes de tomar una decisión, el juzgado de familia tendrá que evaluar las condiciones motoras, psicológicas y hábitos de alimentación del infante, al igual que las condiciones materiales, mentales y morales del padre para cumplir con los cuidados necesarios.
Es muy seguro que, al principio, las pernoctaciones sean por plazos cortos y luego podrían ser más largas. Nuestra experiencia en trabajo familiar, es común que se aligeren estas medidas después de que el infante cumpla 2 años de edad.